Llevo desde Agosto pensando en continuar este especial sobre películas de superhéroes que dejé colgado en Enero, pero me resistía a hacerlo por una razón: Me tocaba reseñar Batman Forever, y es una película tan mala que podía conmigo. Sin embargo ahora es noticia que Val Kilmer está muy enfermo y se niega a tratarse su cáncer de garganta debido a sus extrañas creencias religiosas, que predican el poder curativo de la oración. Antes de que el actor se dé cuenta de su error cuando ya no tenga nada que hacer, voy a comentar la única vez que se puso el traje de murciélago para salvar Gotham.
Tim Burton tenía planeada una trilogía, pero los productores no quedaron muy satisfechos con el desempeño de su Batman Returns. Es comprensible. Perdió mucho de la exótica imaginación del director y lo reemplazó por un aspecto que en lugar de recordar al teatro, lo hacía más al telefilm. Al ser demasiado oscura y a la vez contar con ejércitos de pingüinos, parecía que no podían ir más lejos. Por eso se preparó algo que ahora llamaríamos reboot, pero que en su momento fue un lavado de cara que buscaban dar al público un producto más accesible. Lo hicieron cambiando también al actor por un joven Val Kilmer que palidece en comparación con Michael Keaton, aunque sólo sea porque éste daba mucho más el pego como tipo torturado. Kilmer no tenía ni presencia ni un lado oscuro donde pudiésemos entender su forma de combatir el crimen, pero es que toda la película perdió el aire noir para reemplazarlo por una estética que parece que intentaba mezclar Blade Runner con la serie de Adam West El resultado es una Gotham exagerada llena de gárgolas de veinte metros y muchos colores fluorescentes donde Jim Carrey con mallas lleva el papel de Riddler a un nivel ridículo, y donde todos los actores nos caen mal.
Muchos son los que aseguran que Batman y Robin es la peor película sobre el murciélago, pero creo que eso es porque Forever es directamente olvidable. El Dos Caras de Tommy Lee Jones es también tan absurdo como el traje que lleva. Joel Schumacher apostó más por los artilugios de Batman que podían transformarse en juguetes que en la historia en sí, y la aparición de Robin terminaba por hundir una película aunque sólo fuese porque el ayudante de Bruce Wayne siempre ha sido molesto, aunque parece que la próxima película de Ben Affleck en solitario podría traer de vuelta a este personaje y cuyo interés en mí comprenderéis cuando hable de los videojuegos de Batman para Playstation 3 y 4. Lo que pasa es que al menos la película de George Clooney es entretenida por lo mala que es, porque no se tomaba en serio y porque apostaban por primera vez por dar importancia al personaje de Alfred, alguien que se merece muchísimo más metraje del que ha tenido. Pero aquí, todo es absurdo, y ya no mencionemos la participación de Nicole Kidman, que es tan sosa que hasta me había olvidado de ella.
Por supuesto, como con todas las películas malas que se merecerían ser quemadas antes de su estreno, Batman Forever fue el mejor estreno de 1995 y les dio la razón a los productores al cambiar a Tim Burton, aunque también fue una constatación más de que los cómics y el cine no tenían por qué ser iguales y cómo en este negocio el talento artístico o la calidad del producto final no son lo que más interesa a las personas que esperan recoger los beneficios tras el fin de semana del estreno. Val Kilmer no volvería a tener jamás una opción tan clara para convertirse en estrella, y su fama se fue apagando hasta llegar al punto donde se encuentra ahora. Una lástima porque parecía que tenía talento y ahora, puede que su carrera cinematográfica y hasta su vida estén a punto de llegar al final.
